La termografía es una técnica que se utiliza para detectar la radiación (calor) procedente de un objeto, convertirla en temperatura y mostrar una imagen de la distribución de la temperatura, todo ello a distancia, sin necesidad de contacto con el elemento objeto de medición.

El equipo utilizado en la inspección termográfica para medir la temperatura y la distribución del calor es la cámara termográfica.

A través la termografía se detectan patrones en la distribución de Tª, la correcta interpretación de estos patrones detectando desviaciones anormales nos permite determinar la causa que las provoca.

Las técnicas termográficas son de especial importancia en el mantenimiento industrial facilitando el control de instalaciones eléctricas, elementos en movimiento, control de aislamiento, verificación de niveles de fluidos en depósitos. En construcción facilitan la localización de puentes térmicos, filtraciones, fugas y fallas en instalaciones eléctricas, minimizando notablemente los costes de localización de fallas al reducir el número y extensión de catas destructivas a realizar para localizar y reparar las averías que se encuentran en elementos empotrados.